Hubo una vez en un rancho lejano una yegua colorada que un día, dio a luz a una cría muy diferente a ella. El granjero se dio cuenta que esta era muy diferente, así que un día decidió llevarla de paseo por el campo con la intención de perderla y así fue. Poco a poco el caballo se dio cuenta que realmente era diferente le crecieron un par de alas y un cuerno sobre la cabeza. En efecto era un unicornio el cual se dio a basto para seguir luchando el solo a pesar de las humillaciones que había recibido por el simple hecho de ser diferente. Cada día que vivió el que vivía era una nueva aventura para él. Salía a pasear y a disfrutar de la naturaleza, hasta que un día sus alas se cansaron de tanto volar, decidió apartarse del mundo para morir feliz en un lugar tranquilo donde nada ni nadie lo pudiera molestar y humillar solo por ser diferente a los demás.
Este cuento nos enseña a que nunca hay que dejarnos vencer ante las adversidades que nunca dejemos de ser nosotros mismos, por el miedo al qué dirán, se siempre feliz y nunca dejes de soñar.
Eufemia Matias Contreras.
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